
Hoy la imagen de Saddam es enlodada por la prensa oficial, nadie menciona el gran desarrollo que tuvo la economía de Irak bajo su régimen, el gran desarrollo educacional y cultural en la nación, el buen trato a las mujeres para ser un país musulmán, así como la libertad religiosa que imperaba en su nación.
El gran caudillo del Medio Oriente murió por desafiar el poder de Israel, por apoyar la noble causa de la independencia de Palestina, nación esclava del maligno poder de Jehová y sus hordas de criminales; pero lo que importa es su legado, el hecho de luchar por su nación, el orgullo que entregó a su pueblo junto con una buena calidad de vida, casi semejante a la de paises europeos del primer mundo. No creo en las mentiras que han inventado sobre él, aún me pregunto ¿dónde están las armas de destrucción masivas?, ¿dónde están los terroristas de Al-Qaeda? (organización de la cual dudo en la veracidad de su existencia), esta invasión americana, fomentada por Israel para deshacerse de sus enemigos en la región, viola plenamente las normas del derecho internacional, es una carnicería basada en mentiras y negociados, por sus mismas mentiras caerán, tarde o temprano, caerán.
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